Opinión

Sobre el pentatlón moderno y otras historias.

Hablar sobre el pentatlón moderno y otras historias, es contarles un poco acerca de quién soy yo y la manera en que este deporte y muchas otras cosas más, me llevaron a ser la persona que hoy escribe esta columna. Mi nombre es Karla Martínez y mi historia de vida se ha visto acompañada de dos deportes; el primero de ellos fue natación donde a decir verdad nunca fui buena por más que me esforzara durante toda la temporada y en cada uno de los entrenamientos; bueno en casi todos pues a los 9 años no siempre estas al cien en la alberca, la cancha, la pista o el lugar en el que entrenes.

Polonia-Karla

Así que mientras pasaba los años bajo el agua, cantando, contando vueltas o simplemente esperando a que terminara el entrenamiento; jamás me imaginé que a mis 12 años, conocería mi nueva pasión en la vida. Todo comenzó como una nueva oportunidad; el pentatlón moderno llegó a mí por casualidad, ya que, cuando mi entrenador se dio cuenta que yo, era mejor en la tierra que en el agua; tomo la decisión de inscribirme en un selectivo de pentatlón moderno, que se realizaría en el mismo lugar en el que entrenábamos.

Evidentemente él tampoco sabía de lo que se trataba este deporte, únicamente le dijeron que mi categoría solo debía competir en un biatlón, es decir correr y nadar, y bueno pues como yo ya nadaba, correr como sea iba a hacerlo. Unas semanas después llegó el gran día, mi contrincante fuerte era otra nadadora que sí era buena, pero eso no me detuvo; luego de haber nadado 100 metros libres iba en segundo y aún faltaba la carrera (…) 1,000 metros planos; sinceramente yo no sabía ni cuanto era eso, es más creo que cuando vi la pista ni siquiera sabía cuánto media la vuelta.

Mientras estaba parada en la meta, el disparo de salida llegó, la carrera había comenzado y yo sentía la adrenalina al máximo, las piernas me volaban, el corazón me latía tan fuerte que pensé que todos lo escuchaban, la boca se me había secado y la presión me había tapado un oído; no recuerdo con exactitud que pensaba mientras corría, yo solo me deje llevar y comencé a pasar a todas, dejándolas cada vez más y más atrás.

En efecto llegue en primer lugar, ¿pueden creerlo? ¡Primer lugar!, yo no me la creía pues ni en el cuadro de honor en la escuela había logrado estar en primero; ahora que lo estoy escribiendo y recordando siento tanta emoción y orgullo de mí que, si tuviera una máquina del tiempo volvería a ese día; volviendo al tema lo mejor de aquella competencia era el premio, no fue dinero por si lo estaban imaginando, más bien era un pase a la olimpiada nacional.

Nuevamente, yo no sabía de qué me estaban hablando y creo que en ese momento ni me importaba, hasta que después mi mamá y mi entrenador se encargaron de explicarme qué era lo que acaba de ganar y que además iba a ir a Sonora en avión, así que otra vez me emocioné, pues nunca antes me había subido a un avión y lo mejor de todo era que viajaría sin mis papás. Fue así como por primera vez en mi vida no solo me dieron una medalla en una competencia, sino que conocí el pentatlón moderno y a partir de ahí lo practique durante 10 años.

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